En palabras sencillas, la creatividad puede entenderse como la capacidad de crear.
La Real Academia Española define creatividad como ‘facultad de crear’ y ‘capacidad de creación’. Sin embargo llama la atención cómo una palabra sencilla de definir involucra una complejidad de conceptos que han sido tratados a lo largo de muchos años y que aún no exista un consenso para darle un único significado. Pero creo que nos estamos acercando.
Lo relevante de esta sencilla definición es que abre la posibilidad de analizar cómo se logra esa facultad o capacidad y qué aceptamos como una creación.
En el tiempo que vengo enseñando y estudiando este tema, he podido confirmar que una creación es el resultado de nuestras interpretaciones y estas, a su vez, dependen de nuestras experiencias, conocimientos y creencias.
Para fines prácticos, quizá no sea importante llegar a un consenso sobre qué es creatividad. Lo importante es que en los tiempos actuales llenos de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VUCA, Iniciales en inglés), la creatividad nos brinda la capacidad de proponer soluciones y en consecuencia, de adaptarnos a cada cambio y de forma oportuna.
Nuestro desarrollo como personas capaces de crear soluciones tiene varios niveles. El primero se da a nivel individual: cada persona, en su propia realidad, tiene desafíos que enfrentar y superar cada día de su vida para seguir siendo viable. Este espacio íntimo de realidad personal constituye, entonces, un primer paso para aprender a diseñar soluciones. Es posible que, en este nivel, nos encontraremos con soluciones creativas para nosotros, pero no para los demás. Este es el origen de debates improductivos: es difícil llegar a un consenso al momento de calificar si algo es creativo. Concentrémonos en potenciar nuestra capacidad para crear soluciones, más que en discutir si algo es creativo o no. Es decir, concentrémonos en ser creativos.
Me gustaría conocer tu opinión, puedes escribir al email: hola@yabedcontreras.com